Iba a trabajar y en el camino fue atacada por dos perros rottweiller

El dramático hecho, ocurrió en las primeras horas de ayer, cuando Lia Guillen Vilas se dirigía a su lugar de trabajo. Si bien las lesiones no pasaron a mayores, dado la ferocidad repentina de los animales, la joven contó que el ataque fue dirigido a su brazo izquierdo, “me tocaron un nervio de los dedos meñique y anular, además de todos los golpes y raspones de la caída”, dado que iba en bicicleta. Fue derivada desde Saladas al Hospital Escuela para recibir la atención médica apropiada.
Lia Guillén Vilas, es una joven oriunda de la localidad de Saladas, que ayer vivió una situación realmente dramática, hasta el punto que los segundos se volvieron eternos y llegó a temer por su vida al ser sorprendida por dos perros rottweiler, que por un descuido de su dueño se lanzaron contra muchacha, volteándola de la bicicleta cuando iba a trabajar, alrededor de las 07.00.

El relató estremecedor lo dio Lia al contar su experiencia al ser atacada por las fauces de los canes que eran utilizados por el propietario de un Corralón para mantener alejados a los delincuentes del lugar. En comunicación con Sudamericana revivió la situación que le dejó secuelas graves, “no tengo movilidad en la mano izquierda”, detalló señalando que fue derivada al Hospital Escuela de Corrientes para una atención más completa y la correspondiente rehabilitación.

La joven comenzó su relato desde el principio, “Ayer a la mañana cuando iba a trabajar, entre las 07.00 y 07.15, paso por calle Defensa –entre Cabral y Lugones-, por donde siempre paso para ir a trabajar y me salieron a atacar dos perros de raza rottweiler”.
Explicó que los canes, pertenecen a los dueños de un Corralón y que los tienen por seguridad. “Estaban sueltos, se ve que los sueltan de noche. Han ido directamente a atacarme delante del camión que está allí estacionado”, prosiguió.

En cuanto a las lesiones, la joven se lamentó por las secuelas del ataque, “la verdad es que estoy muy dolorida; me atacaron el brazo izquierdo y me tocaron un nervio de los dedos meñique y anular, además de todos los golpes y raspones de la caída”, dado que iba en bicicleta.

“Cuando me aparecen de repente lo único que hago es gritar, grite mucho, porque sabía que lo único que me salvaría era que salieran los vecinos”, prosiguió al narrar la situación de tensión ante los animales.
Un vecino se acercó con un palo para espantar a los perros, luego “llamaron a la policía y ellos me llevaron al hospital a hacerme curaciones que me vean los médicos, me hicieron placas y todos los estudios. Cuando me ve el traumatólogo me dijo que tengo como una contusión interna en la mano, y es allí donde está dañado el nervio. Entonces me derivan a un neurocirujano en el Hospital Escuela”, es decir que fue derivada al centro de Salud capitalino. “Me revisó el médico pero no me puede realizar nada hasta no hacerme la resonancia”, indicó explicando que tiene muy inflada la mano, razón por la cual no puede someterse al estudio y deberá volver la próxima semana a Corrientes.

Contó además que, “radicó una exposición y después habló con el dueño de los perros”. “Él me aseguró que llevó uno de los perros al campo y que al otro también lo iba a llevar”. “Es terrible el susto que me llevé, al caer de la bicicleta me imaginé cualquier cosa, pensé que me iban a seguir atacando”, concluyó.

Fuente: Radio Sudamericana