Saladas espera con ansias el clásico

Desde esta noche a las 21 en el “Gigante de calle Alvear” se pondrá en marcha la Copa Desafío entre Atlético Saladas y Antorcha, reviviendo al gran clásico de primera división y lo que será un punto de partida al torneo oficial de la Asociación Zona Centro que se disputará en septiembre.
Finalmente y tras muchas expectativa, uno de los clásicos más añejos y genuinos del básquetbol correntino vuelve a las canchas. Atlético Saladas con Fabián Cura como técnico y Antorcha de la mano de Juan Eduardo Fernández se volverán a ver las caras después de mucho tiempo.

La jornada del súper clásico arrancará a las 21 y como preeliminar del partido de primera se jugará un Atlético – Antorcha en veteranos donde las grandes glorias y figuras de los años 70´, 80´ y hasta inclusive 90´ deleitarán a toda la familia del básquetbol.

EL DUELO ESPERADO
Luego de muchos años el clásico vuelve a las canchas y por como se preparan los clubes, hay promesa de un gran nivel.

Atlético no contará con Manuel “Nano” Miño afectado a la Selección Correntina U-19 que jugará el Torneo Regional de la categoría y que se disputará en Goya (ver nota aparte). Tanto el como Martín Fernández son los dos saladeños convocados por Juan Humberto López Ríos.

Esto disminuirá al local, pero de todas maneras Fabián Cura y su equipo confían en que podrán realizar el juego que ellos proponen, defendiendo toda la cancha y no bajando la intensidad del juego.

El equipo de “Juani” Fernández (foto) por su parte, llega afilado al compromiso pese a no haber tenido tantos roses como si lo hizo Atlético en toda su preparación. El aurinegro es favorito, ya que cuenta con un juego interno fortalecido con hombres altos como el caso de Mauricio Centurión (1.98), Hugo González (1.95), Lázaro Herrera (1.90) y Diego Domínguez (1.90).

Estos atenuantes hacen presagiar que se vivirá una noche amena, con buen básquet, como lo era antes y de esa forma se podrá resurgir al básquetbol saladeño para volver a ser la potencia provincial de siempre.


Por Cesar González Francini