Monseñor Stanovnik en contra del matimonio gay

En la misa del Adviento, que marca la preparación para la Navidad, monseñor Stanovnik pidió "mantener encendida la llama de la fe". Abogó por "un matrimonio sin confusiones ni reemplazos". El Movimiento Familiar Cristiano celebró sus bodas de oro.
En la iglesia Catedral, el arzobispo de Corrientes Andrés Stanovnik, celebró ayer la misa de Adviento, fecha en que comienza el año litúrgico y pretende "preparar" a los católicos para la llegada de Jesús. Tiempo de esperanza y paz que no debe perderse por la crispación social que afecta al país, y del que no está exenta esta ciudad, señaló monseñor.

"No es tan fácil encender y mantener encendida la llama de la fe. Hay vientos de tentación cercanos que buscan que se apague y prefiramos caminar en tinieblas creyendo que caminamos en la luz", advirtió Stanovnik. Asimismo, dijo que "existen 2 grandes acontecimientos en la historia: el primero, la encarnación del hijo de Dios; Dios se hizo hombre. Y el segundo, la Pascua de Resurrección, el paso de Jesús de la muerte a la vida. Ambos se ven reflejados en 2 tiempos de preparación, el Adviento y la Cuaresma", respectivamente.

Durante 4 semanas, el Adviento se divide en 2 partes; la primera, desde yaer hasta el 16 de diciembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida de Jesús al final de los tiempos; y la otra desde el 17 al 24, la llamada "Semana Santa" de la Navidad, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en la historia.

El Arzobispo indicó que este es "el tiempo de espera gozosa del Señor que viene, por lo que debemos prepararnos para su encuentro. Hay que estar prevenido para que las cosas de la vida, cosas urgentes, no nos distraiga de lo importante", advirtió. "Si no mantenemos viva esta esperanza, todo se nos viene abajo", acotó luego, "se pierde la paz y aparece la crispación, que significa irritar, exasperar; un sentimiento que hoy caracteriza a los argentinos", dijo.

"Este es un Estado no deseante ni constructivo para la persona y la sociedad". En este contexto, recordó el documento de los obispos que tiempo atrás se difundió, en el que se percibe "un clima social alejado de la paz. Donde existe una falta de respeto a personas e instituciones y crecimiento de la conflictividad social, descalificando a quienes piensan distinto", lamentó y mencionó al flagelo de la droga y la violencia que afecta especialmente a los jóvenes; "este documento refleja lo que ocurre en nuestra sociedad", señaló monseñor.

"Es cierto que la responsabilidad recae en los gobernantes, pero cada uno en su ambiente propio debe cambiar la situación que nos crispa", opinó luego. Asimismo, dijo que "esta esperanza requiere de sobriedad de vida y vigilancia, y se alimenta en la oración. En este camino de Adviento la misión de este domingo es la de despertar, iluminar y dar sentido verdadero para lo que fuimos llamados a ser y hacer", sostuvo.

Otro punto de su homilía se refirió a la cuestión del matrimonio y esta polémica desatada hace unas semanas donde la Justicia avaló una unión entre 2 personas del mismo sexo. El Arzobispo abogó por "un matrimonio sin confusiones, ni reemplazos, basado en la ley natural; sólo puede existir entre un varón y una mujer. Por el bien de los cónyuges y la comunicación de los hijos", aclaró.

No obstante, dijo que "se podrían construir otras sociedades, pero un gran error es identificarlas como un matrimonio", añadió. Esta definición se dio en el marco de las felicitaciones por la tarea realizada por el Movimiento Familiar Cristiano de Corrientes, que ayer celebró su 50º aniversario.

Asesores, integrantes de comisiones directivas, delegados zonales, coordinadores de secretariados y servicios; y demás movimientos que trabajan por la familia y quienes se vieron beneficiados con su ayuda acompañaron al grupo católico en sus bodas de oro.

Al finalizar, actuó la Orquesta Sinfónica de la Provincia con 5 coros de la ciudad.