Básquet: Cuestiones a prever para el tercer juego final

OPINION - Lo ocurrido el reciente viernes en el estadio de calle Alvear deja en claro el nivel cultural por el que algunos de los saladeños todavía transita. A caso ¿Es imposible entender que el deporte es una fiesta y excusa para seguir unificando a las personas como sociedad?, ¿Tanto le falta madurar a la sociedad y saber que un espectáculo deportivo no es una guerra?
El juego 2 de la final entre Atlético Saladas y Antorcha, valido por el torneo Oficial de la Asociación Zona Centro de Básquetbol volvió a alertar no solo a una organización, sino también a toda la afición del básquetbol que acude siempre a las canchas a seguir este espectáculo más que apasionante.

Primero y principal, los ánimos de los espectadores no estaban de la mejor forma. Un corte de luz de 40 minutos en el entretiempo del clásico, la vuelta del suministro con poca tensión y el partido que fue interrumpido en varias ocasiones por que el tablero electrónico no funcionaba de la mejor manera, ya empezaba a enardecer a la gente por que se iba la hora.

Segundo, los árbitros (Vallejos y Ramírez) empezaron a ser receptores de ese clima áspero que vivían algunos en las plateas y se transmitió en algunos pitazos erróneos que tuvieron para con los dos equipos. Pero sobre todo un par de fouls no cobrados para Antorcha en las últimas posesiones – lo que derivó en los incidentes -.

Y tercero, la indisciplina de algunos que van a la cancha a descargar sus problemas y tomar un partido de básquet como una cuestión de vida o muerte. Lo peor de todo es que fue un ex – jugador acompañado por dos otras dos personas mayores que se encontraba detrás del aro que da hacia la cancha de paddle del Club Atlético Saladas, que desencadenó el incidente metiéndose en el campo de juego, con el fin de agredir a los jueces.

Esto sumado a la imprudencia de unos menos que constantemente arrojaron pirotecnia en la cancha y terminaron siendo factores decisivos para que el árbitro principal Gustavo Vallejos (Caá Catí) decida dar por cerrado el triunfo de Atlético a falta de 1´ 47´´ por falta de garantías.

En dialogo exclusivo con este medio, el juez manifestó que “es imposible continuar así el juego, se va a armar una batalla campal y no quiero que eso pase, no tengo garantías y así no vamos a seguir”.

En el momento que se desató la peripecia solo había dos policías en la cancha, que fueron llamados a último momento cuando los árbitros advirtieron a la comisión directiva del club y también de la Asociación Zona Centro que algo podía pasar.

Quizás esta haya sido una de las pocas irregularidades que tuvo el organismo asociado en su primera temporada rigiendo con el básquet zonal. No se advirtió de la presencia policial en las canchas, ni tampoco los clubes se preocuparon por que así fuera, entonces la conclusión es que: Tiene que pasar algo, para que recién todos se alarmen.

La final 3 y última del torneo entre Antorcha y Atlético, se cotejará mañana (martes 22) en el estadio “La Bombonerita” de Mitre 751. Según el dirigente del club, Javier “Kiki” Romero “vamos a colocar la suficiente seguridad policial para que el partido sea armonioso y todo termine bien”.

Los padres también deberán jugar un papel fundamental de ahora en más. Deben advertir a los chicos del peligro que corren ellos y todos los presentes en un lugar cerrado al arrojar una pirotecnia, y a su vez como gente grande – tutores y formadores algunos deben moderar su comportamiento cuando presencian un show así, por que son el “ejemplo” por simple hecho que son mayores.

En la cancha seguro ganará el mejor, pero como sociedad saladeña que siempre se dice “está en crecimiento”, ojala se muestre un poco madurez mental y que fuera de la cancha todo termine bien para así seguir apostando al crecimiento de este deporte que exhibe a Saladas nivel provincial y nacional.


Por Cesar González Francini