S. LORENZO - Rostros sonrientes, miradas destellantes de alegría y las voces de aproximadamente treinta niños y niñas de San Lorenzo han engalanado ayer el “Día de los Derechos de los Niños”, con el inicio de la realización de un mural conmemorando tal fecha. Niñas y adolescentes en el Polideportivo del Colegio de San Lorenzo.
¿Pero a qué se debe toda esta algarabía de niños y niñas? Muy fácil, acogieron la llamada para participar en un taller de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes que dio inicio en el mes de Julio y culminaría en la elaboración de un Mural de los Derechos en el Salón Comunal, como así también de una film, actividades deportivas el próximo 18 de Diciembre en el Polideportivo Municipal.
Imaginación, fantasía y realidad fueron elementos presentes durante todo este proceso. Miradas penetrantes que conjugadas algunas con ademanes, otras con sonrisas tímidas contaban sus propias experiencias en materia de derechos. Historias mezcladas de esperanza y denuncia a la vez, daban vida a personajes salidos de la fantasía e imaginación, que envueltos en capas invisibles y con mirada de rayos láser pudieran atravesar las paredes de cada casa y penetrar en la intimidad del hogar para defender a los niños y niñas de malos tratos y agresión.
Un cúmulo de historias, que poco a poco plasmaron en hojas de papel, desde los más pequeños hasta los más grandes se divirtieron en medio de mil colores derivados y combinados desde su propia creatividad.
Un grupo de personas adultas que participaron de esta experiencia reportan que: “Ser parte del proceso significó en primer lugar conocer una realidad nueva: La comunidad de San Lorenzo con su gente esforzada, trabajadora, sufrida y alegre, el reto de integrar esfuerzos conjuntos, de los niños y niñas participantes, como del equipo que ha facilitado el proceso.
Para mí, significa aprender de su lenguaje, de su libertad y fantasía. Ha significado también, el intento limitado de aportar algo a su vida, esperando que sea una experiencia positiva. Hemos descubierto en algunos y algunas de ellos(as) dotes artísticas, en su mayoría una imaginación maravillosa para representar su entorno y su vida. Posiblemente nos quedamos limitados para lo que podemos ofrecerles, pero ha sido mucho lo que de ellas y ellos hemos aprendido” ha manifestado Miguel, uno de los Talleristas.
“Esta construcción del Mural de los derechos ha sido un trabajo de equipo, donde se ha tomado en cuenta muchos puntos de vista, desde cómo hacer para que los niños transmitan sus inquietudes y se puedan manifestar plásticamente, a que a su vez comuniquen y reflexionen sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes en su entorno y de cómo lograr para que todo este material mantenga una unidad en la variedad de posibilidades que demostraron los niños de acuerdo a sus edades y actitudes. Y sobre todo respetando la espontaneidad que ellos manifiestan cuando se trata de pintar.
Los niños/as están sedientos de tener esos momentos, ellos/as disfrutan y disfrutan, la cosa es que a través de estas oportunidades, ellos/as puedan enriquecerse y como todo en la educación debe existir un poco de constancia y disciplina con amor, para que los marque de verdad. Espero que esos momentos de esparcimiento creativo les haga alguna cicatriz en la piel, para decirlo de alguna manera, y que se miren y se sientan satisfechos de lo que ellos/as pueden llegar a lograr”.
En cuanto al aporte que se deja a la comunidad Marisa, otra de las Talleristas opina que: “Este aporte a la comunidad es valioso porque demuestra que las cosas se pueden lograr, con el esfuerzo de todos, el apoyo de la comunidad para que este Proyecto pudiera promover la participación de los niños/as y adolescentes en su propio barrio. Que ellos/as se puedan percibir satisfechos y que aprendan a defender lo logrado. Que valoren su esfuerzo y comuniquen a otros lo aprendido y vivido”.
GENTILEZA: Marisa Sánchez - San Lorenzo, Corrientes.-
Imaginación, fantasía y realidad fueron elementos presentes durante todo este proceso. Miradas penetrantes que conjugadas algunas con ademanes, otras con sonrisas tímidas contaban sus propias experiencias en materia de derechos. Historias mezcladas de esperanza y denuncia a la vez, daban vida a personajes salidos de la fantasía e imaginación, que envueltos en capas invisibles y con mirada de rayos láser pudieran atravesar las paredes de cada casa y penetrar en la intimidad del hogar para defender a los niños y niñas de malos tratos y agresión.
Un cúmulo de historias, que poco a poco plasmaron en hojas de papel, desde los más pequeños hasta los más grandes se divirtieron en medio de mil colores derivados y combinados desde su propia creatividad.
Un grupo de personas adultas que participaron de esta experiencia reportan que: “Ser parte del proceso significó en primer lugar conocer una realidad nueva: La comunidad de San Lorenzo con su gente esforzada, trabajadora, sufrida y alegre, el reto de integrar esfuerzos conjuntos, de los niños y niñas participantes, como del equipo que ha facilitado el proceso.
Para mí, significa aprender de su lenguaje, de su libertad y fantasía. Ha significado también, el intento limitado de aportar algo a su vida, esperando que sea una experiencia positiva. Hemos descubierto en algunos y algunas de ellos(as) dotes artísticas, en su mayoría una imaginación maravillosa para representar su entorno y su vida. Posiblemente nos quedamos limitados para lo que podemos ofrecerles, pero ha sido mucho lo que de ellas y ellos hemos aprendido” ha manifestado Miguel, uno de los Talleristas.
“Esta construcción del Mural de los derechos ha sido un trabajo de equipo, donde se ha tomado en cuenta muchos puntos de vista, desde cómo hacer para que los niños transmitan sus inquietudes y se puedan manifestar plásticamente, a que a su vez comuniquen y reflexionen sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes en su entorno y de cómo lograr para que todo este material mantenga una unidad en la variedad de posibilidades que demostraron los niños de acuerdo a sus edades y actitudes. Y sobre todo respetando la espontaneidad que ellos manifiestan cuando se trata de pintar.
Los niños/as están sedientos de tener esos momentos, ellos/as disfrutan y disfrutan, la cosa es que a través de estas oportunidades, ellos/as puedan enriquecerse y como todo en la educación debe existir un poco de constancia y disciplina con amor, para que los marque de verdad. Espero que esos momentos de esparcimiento creativo les haga alguna cicatriz en la piel, para decirlo de alguna manera, y que se miren y se sientan satisfechos de lo que ellos/as pueden llegar a lograr”.
En cuanto al aporte que se deja a la comunidad Marisa, otra de las Talleristas opina que: “Este aporte a la comunidad es valioso porque demuestra que las cosas se pueden lograr, con el esfuerzo de todos, el apoyo de la comunidad para que este Proyecto pudiera promover la participación de los niños/as y adolescentes en su propio barrio. Que ellos/as se puedan percibir satisfechos y que aprendan a defender lo logrado. Que valoren su esfuerzo y comuniquen a otros lo aprendido y vivido”.
GENTILEZA: Marisa Sánchez - San Lorenzo, Corrientes.-
