Mujer saladeña asesinada en el interior de Córdoba

GENTILEZA - Un productor de Leones habría matado a una empleada con la que mantenía un romance. La ultimó de dos disparos y después la enterró. Se trataría de un crimen pasional, el dato certero es que la mujer era oriunda de la ciudad de Saladas Corrientes y desde hace unos años se radicaba con su esposo en esta localidad cordobesa por motivos laborales.
Una mujer fue encontrada muerta en proximidades a la localidad de Leones, a 244 kilómetros al sur de Córdoba, ayer luego de ser intensamente buscada por la Policía. El cuerpo fue hallado enterrado en una zanja de un metro de profundidad con dos tiros, uno en el rostro y otro en la boca del estómago, tapado con tierra y pasturas.

La víctima fue identificada por la Policía como Lidia Paulina Cano (32), y había desaparecido el jueves de su domicilio después que anunciara que tenía que ir a la municipalidad del pueblo para tramitar un dinero que el Gobierno provincial le había gestionado para que su hijo pudiera iniciar un tratamiento por su problema de hipoacusia.

La Policía tomó conocimiento de la desaparición de la muchacha ayer cerca de las 20 cuando su marido formuló la denuncia y en ese momento comenzaron las tareas de rastrillaje para dar con el paradero de la mujer. Así, se montó un fuerte operativo en toda la zona que se extendió durante toda la madrugada del viernes y finalizó ayer por la tarde con el macabro hallazgo.

“Encontramos un Renault 18 viejo verde, propiedad de la mujer, en proximidades a la ciudad y se comenzó con las tareas de investigación, hasta que en la madrugada llegaron rumores de gente que comentaba que esta chica podría haber tenido una cuestión sentimental con su patrón, con quien trabajaba en un tambo de alta tecnología de la zona, entonces se focalizó la información al respecto”, destacó el comisario general Ramón Frías, de Marcos Juárez.

Con esa hipótesis, los investigadores comenzaron a seguir la pista del dueño del tambo. “Llegamos así a una posible coartada y se armó una hipótesis de un hecho más grave”, comentó Frías.

Los rumores indicarían que el dueño del tambo, el patrón de Lidia, había tenido una “historia sentimental” con la muchacha luego que se conocieran en el trabajo. Ambos tenían sus parejas y al parecer la muchacha le habría pedido dinero a su jefe presionándolo con un supuesto embarazo.

Liliana Cano era oriunda de Corrientes y trabajaba en el campo con su marido, Benito Acosta (46), con quien tenía cuatro hijos. Por otro lado, el dueño del tambo tiene dos hijos y está casado.

“Los productores de la ciudad vieron el auto abandonado en la ruta y desde allí se siguieron las huellas que llevaron a un descampado a más de 10 kilómetros al noroeste de Leones”, remarcó el comisario mayor Carlos Borsato, también a cargo de la investigación.

La Policía destacó que luego de seguir unas huellas, que se internaban unos 30 metros en el descampado por pastizales de dos metros de altura, se encontró un sector donde había un “colchón” de pasturas y tierra removida debajo. Los efectivos, con ayuda de bomberos, cavaron en el lugar y finalmente encontraron el cuerpo de la mujer a un metro de profundidad.

Luego del hallazgo, la Policía, con apoyo de la fiscalía de Marcos Juárez, realizó una serie de allanamientos en los domicilios del sospechoso donde se encontraron un revolver y una itaca calibre 22 y ropas ensangrentadas. Además, se secuestró una camioneta Ford F 100 y el Renault 18 continúa en manos de la Justicia.

Por otro lado, fuentes de la investigación creen que el crimen fue premeditado y que el pozo donde se encontró a la muchacha habría sido cavado con anticipación. El cuerpo de Lidia fue trasladado a la morgue donde se le practicó una autopsia para determinar si realmente estaba embarazada y el sospechoso fue imputado por “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego”.


Premeditación: Pozo. Los investigadores creen que el pozo fue cavado tiempo antes del crimen.


FUENTE: Día a Día – (www.diaadia.com.ar)